La Estrategia Europea para la Inclusión Social, más conocida como Estrategia de Lisboa, (Consejo Europeo de Lisboa, junio de 2000) marcaba las directrices de la política social con el objetivo para 2010 de erradicar la pobreza y la exclusión social en la Unión Europea. A lo largo de estos años se han ido renovando las directrices en esta materia, dentro de la Agenda Social Europea. Este ha sido el marco en el que se vienen desarrollando las estrategias nacionales y la coordinación política entre los Estados miembros en materia de Inclusión Social. En este proceso la participación de las Corporaciones locales ha sido clave.
En este sentido las ciudades europeas deben ser el centro de la Estrategia UE 2020 ya que es el espacio de interacción de las políticas sociales, económicas y medioambientales dirigidas a mejorar el bienestar y la calidad de vida de su ciudadanía y a lograr una mayor cohesión social.
Este Año Europeo, partiendo de los principios europeos de solidaridad y cooperación, quiere hacer un llamamiento para abordar directamente las causas de la pobreza y asegurarse de que toda la ciudadanía participa plenamente y de forma activa en la sociedad.
Consolidar una sociedad donde hombres y mujeres, jóvenes y mayores, personas en situación de dependencia, inmigrantes y excluidos del mundo laboral, convivan en igualdad de derechos y deberes es el objetivo del año 2010.
En este sentido, el papel de las políticas sociales va reformulándose para lograr su objetivo básico: asegurar las condiciones estructurales que permitan ejercer a las personas sus derechos de ciudadanía.
El Estado debe velar por el acceso equitativo y sostenible de todas las personas a bienes básicos, de modo que tengan una posibilidad óptima de alcanzar medios de vida sostenible e independiente, así como a condiciones favorables que permitan reducir la vulnerabilidad.
En este sentido las ciudades europeas deben ser el centro de la Estrategia UE 2020 ya que es el espacio de interacción de las políticas sociales, económicas y medioambientales dirigidas a mejorar el bienestar y la calidad de vida de su ciudadanía y a lograr una mayor cohesión social.
Este Año Europeo, partiendo de los principios europeos de solidaridad y cooperación, quiere hacer un llamamiento para abordar directamente las causas de la pobreza y asegurarse de que toda la ciudadanía participa plenamente y de forma activa en la sociedad.
Consolidar una sociedad donde hombres y mujeres, jóvenes y mayores, personas en situación de dependencia, inmigrantes y excluidos del mundo laboral, convivan en igualdad de derechos y deberes es el objetivo del año 2010.
En este sentido, el papel de las políticas sociales va reformulándose para lograr su objetivo básico: asegurar las condiciones estructurales que permitan ejercer a las personas sus derechos de ciudadanía.
El Estado debe velar por el acceso equitativo y sostenible de todas las personas a bienes básicos, de modo que tengan una posibilidad óptima de alcanzar medios de vida sostenible e independiente, así como a condiciones favorables que permitan reducir la vulnerabilidad.
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