26/6/07

La jueza Raimunda de Peñafort considera necesaria la paridad “como un instrumento para hacer efectiva la igualdad”

La jueza Raimunda de Peñafort Lorente aseguró hoy que la ley de Igualdad “es, sin ninguna duda, necesaria para dar un paso adelante hacia la igualdad”. La jueza del Juzgado número 1 de Violencia de Género de Madrid, que participó hoy en la Escuela de Bienestar de la Diputación de Granada que se celebra en Almuñécar (Granada), recordó que la Constitución Española “dice uno de los valores fundamentales de nuestro Estado de Derecho era la igualdad y en 30 años no se ha hecho nada”, por lo que afirmó que la Ley “tarde llega, pero bienvenida sea”.
Escuela de Bienestar 2

En referencia a la presentación de un recurso de inconstitucionalidad por parte del PP contra la Ley de Igualdad, Peñafort mostró su acuerdo “si sirve para mejorar la ley, pero de entrada, se debe acoger bien la ley, porque hemos tenido que esperar 30 años para tener una ley de Igualdad que aún levanta ampollas”. La jueza lamentó que “hayamos tenido que aprobar una ley para darnos cuenta de que ni a nivel laboral, ni social ni familiar hay igualdad”.

Sobre la paridad, afirmó que “es un instrumento legal para hacer efectiva la igualdad como derecho fundamental de cada uno de los individuos, sea mujer, hombre, niño o adulto”. Añadió que “si la paridad no sirve, habrá que inventar otro medio para alcanzar la igualdad, pero a grandes males, grandes remedios”.

La jueza bastetana consideró “una experiencia esencial y pionera en Europa” la apertura de juzgados específicos sobre violencia de género, “con efectos claramente positivos porque miles de mujeres están recibiendo una protección a diario aunque desgraciadamente sólo sea noticia la muerte de mujeres”. Como prueba de ello, Peñafort señaló que desde Europa “están mandado observadores a España para estudiar la posibilidad de implantar estos juzgados en otros países”.

Peñafort destacó de los Juzgados de Violencia de Género la asistencia que se presta a las mujeres por parte de psicólogos, médicos y trabajadores sociales, “por lo que la mujer se siente más tranquila que en un órgano público que atiende todo tipo de denuncias”. Asimismo, apostó por que el Estado cree cuanto antes el fondo de garantía del pago de pensiones que contempla la ley “si no quiere ser cómplice de los maltratadores que no pagan la pensión de sus hijos”.

Al respecto de su experiencia en casos de violencia de género, Peñafort afirmó que “cada historia de maltrato es diferente” pero en todas es evidente “el sufrimiento que las desborda, las anula y les hace perder su libertad y su personalidad”. La magistrada recordó que el caso “que me marcó para siempre” fue la muerte de una niña de siete años a manos de su padre “pese a que la madre había anunciado el riesgo que corría, pero se antepuso el derecho del padre a ver a la niña”. El caso de esta niña, al que dedicó su libro “Una juez frente al maltrato”, “me hizo aprender la lección -afirmó- de que no hay derecho de un adulto que valga la lágrima de un niño”. En este sentido,

Peñafort mostró su preocupación por “el sufrimiento y la indefensión de los niños ante la manipulación de sus padres y para los que no hay protección legal”.

En la Mesa Redonda sobre la ley de Igualdad de la Escuela de Bienestar, la jueza afirmó que “una sociedad justa debe ser igualitaria”. Recordó que la Constitución “dice que la mujer y el hombre eran iguales, pero sólo en el matrimonio”. Peñafort aseguró que la igualdad “va en contra de los esquemas impuestos y todavía hoy la mujer tiene que demostrar su valía cuando al hombre se le supone”.


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